Laberintos. Laberinto de laberintos: La vida. ----------------------------------- Laberintos virtuales: En mi primera infancia solía yo, como muchos niños, internarme en los viejos calabozos que surcaban por debajo a la plaza de Banderbill. En los priemros años era frecuente perderme en ellos, no por la difucultad que entrañara el atravesarlos, sino porque la gracia radicaba en el ser lo "suficientemente valiente" para encontrar la salida luego de haber estado perdida. A la edad de dieciseis años mi mundo y mi ciudad desaparecieron. Mientras hacía realidad mi sueño de niña, de convertirme en guerrera, vivía con mi maestro en Britannia. Un día haciendo caso omiso a las instrucciones de mi maestro, salí de la ciudad por la puerta norte y me alejé por el camino. Transcurrido un tiempo, absorta con las criaturas maravillosas que descubría a mi paso, di con la entrada de un laberinto de arbustos. Pasé horas recorriéndolo sin poder hallar la salida, la experiencia de mi realidad anterior no me sirvió. Ninguna destreza de las adquiridas en Banderbill facilitaron mi propósito. Pude salir al fin, aunque extenuada.Aunque hubiera bastado apagar mi computadora para haber salido rapidamente,no solo de ese laberinto, sino de esa realidad. "Realidades laberínticas". Realidades virtuales. Mara E. Mora de Di Toro
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Laberintos.
Laberinto de laberintos:
La vida.
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Laberintos virtuales:
En mi primera infancia solía yo, como muchos niños, internarme en los viejos calabozos que surcaban por debajo a la plaza de Banderbill.
En los priemros años era frecuente perderme en ellos, no por la difucultad que entrañara el atravesarlos, sino porque la gracia radicaba en el ser lo "suficientemente valiente" para encontrar la salida luego de haber estado perdida.
A la edad de dieciseis años mi mundo y mi ciudad desaparecieron. Mientras hacía realidad mi sueño de niña, de convertirme en guerrera, vivía con mi maestro en Britannia. Un día haciendo caso omiso a las instrucciones de mi maestro, salí de la ciudad por la puerta norte y me alejé por el camino.
Transcurrido un tiempo, absorta con las criaturas maravillosas que descubría a mi paso, di con la entrada de un laberinto de arbustos.
Pasé horas recorriéndolo sin poder hallar la salida, la experiencia de mi realidad anterior no me sirvió. Ninguna destreza de las adquiridas en Banderbill facilitaron mi propósito.
Pude salir al fin, aunque extenuada.Aunque hubiera bastado apagar mi computadora para haber salido rapidamente,no solo de ese laberinto, sino de esa realidad.
"Realidades laberínticas". Realidades virtuales.
Mara E. Mora de Di Toro
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